Aproximadamente el 40% de las personas presentan “hombro doloroso” en
algún momento de la vida. La prevalencia aumenta con la edad y con
algunas profesiones que impliquen que el hombro se eleve por encima de la
cabeza en repetidas ocasiones o actividades deportivas (tenis, natación,
etc.)
El dolor localizado en el hombro, se relaciona a la pérdida de la fuerza
muscular, inestabilidad postural, movilizaciones incorrectas, lo que interfiere
en la rehabilitación del paciente, ya que al sentir dolor se limita la
movilización del miembro afectado y esto a su vez llega un desequilibrio
postural, contracturas y limitaciones del rango de amplitud articular.
Las principales casas de hombro doloroso son la inflamación
músculo-tendinosa alrededor de la articulación, bursitis, tendinitis del
manguito de los rotadores, capsulitis, desgarros tendinosos, artritis
reumatoide, hemiplejia, fractura de escápula, lesiones metastásicas, distrofia
simpático refleja, luxaciones de hombro, cirugía de hombro congelado y
atrapamiento del nervio supraescapular.
Para poder determinar un diagnóstico específico se debe realizar diferentes
pruebas funcionales fisioterapéuticas así como una comparación del cuadro
clínico y estudios médicos como ultrasonido, radiografías, artrografía,
tomografía, etc.
La fisioterapia es fundamental en el tratamiento del hombro doloroso,
utilizando agentes físicos como electroterapia, el láser, la termoterapia,
crioterapia, cinesiterapia y ejercicio terapéutico, así como una
readaptación a los movimientos que se han visto limitados en sus
actividades de la vida diaria, actividades deportivas y/o profesionales.